viernes, 22 de mayo de 2015

La historia de los colores, Subcomandante Marcos

Una historia sobre la diversidad cultural y la tolerancia. Una historia llena de amor y de color.
"Siempre hablamos de dejar un planeta mejor a los hijos, ¿por qué no hablamos de dejar mejores hijos al planeta?"
LA HISTORIA DE LOS COLORES (Subcomandante Marcos, Chiapas, México)
El viejo Antonio señala una guacamaya que cruza la tarde. “Mira” dice. Yo miro ese hiriente rayo de colores en el marco gris de una lluvia anunciándose. “Parecen mentira tantos colores para un solo pájaro”, digo al alcanzar la punta del cerro. El viejo Antonio se sienta en una pequeña ladera libre de lodo que invade este camino. Recobra la respiración mientras forja un nuevo cigarro. Yo me doy cuenta, apenas unos pasos adelante, que él quedó atrás. Me vuelvo y me siento a su lado “¿Usted cree que llegaremos al pueblo antes de que llueva?”, le pregunto mientras enciendo la pipa. El viejo Antonio parece no escuchar. Ahora es una pavada de tucanes lo que distrae su vista. En su mano el cigarro espera el fuego para iniciar el lento dibujo del humo. Carraspea, da fuego al cigarro y se acomoda, como puede, para iniciar lentamente.
 “No así era la guacamaya. Acaso tenia colores. Puro gris era. Sus plumas eran rabonas, como gallina mojada. Una más entre tanto pájaro que a saber cómo se llegó al mundo, porque los dioses no se sabían quién y cómo había hecho los pájaros. Y así era de por sí. Los dioses despertaron después de que la noche había dicho “hasta aquí nomás” al día y los hombres y mujeres se estaban dormidos o amándose, que es una forma bonita de cansarse para dormirse luego, los dioses peleaban, siempre peleaban estos dioses que salieron muy peleoneros, no como los primeros, los siete dioses que nacieron el mundo los más primeros. Y los dioses peleaban porque muy aburrido estaba el mundo con sólo dos colores que lo pintaban. Y era cierto el enojo de los dioses porque sólo dos colores se turnaban el mundo: el uno era el negro que mandaba la noche, el otro era el blanco que caminaba de día, y el tercero no era color, era el gris que pintaba tardes y madrugadas para que no brincaran tan duro el negro y el blanco. Y eran estos dioses peleoneros pero sabedores. Y en una reunión que se hicieron sacaron el acuerdo de hacer los colores más largos para que fuera alegre el caminar y el amar de los hombres y mujeres.
Uno de los dioses agarró en caminar para pensar mejor su pensamiento y tanto pensaba su pensamiento que no miró su camino y se tropezó en una piedra así de grande y se pegó en su cabeza y le salió sangre de su cabeza. Y el dios, luego que pasó chilla y chilla un buen rato, miró su sangre y la vio que es otro color que no es los dos colores y fue corriendo a donde estaban los demás dioses y les mostró el color nuevo.  Y “colorado” le pusieron a ese color, el tercero que nacía. Después otro de los dioses buscaba un color para pintar la esperanza. Lo encontró después de un buen rato, fue y lo mostró en la asamblea de los dioses y “verde” le pusieron a ese color, el cuarto. Uno más empezó a rascar harto en la tierra. “¿Qué haces?” le preguntaron los demás dioses. “Busco el corazón de la tierra”, respondió mientras aventaba tierra para todos lados. Al rato lo encontró el corazón de la tierra y lo mostró a los demás dioses y “café” le pusieron a ese quinto color. Otro dios se fue mero pa’ rriba, “voy a mirar de qué color es el mundo”, dijo y se dio en trepar y trepar hasta allá arriba. Cuando llegó bien alto, miró para abajo y vio el color del mundo, pero no sabía cómo llevarlo hasta donde estaban los demás dioses, entonces quedó mirando un buen rato, hasta que se quedó ciego, porque ya tenía pegado en los ojos el color del mundo. Se bajó como pudo, a los tropezones, y se llegó al lugar de la asamblea de los dioses y les dijo:”en mis ojos tengo el color del mundo”, y “azul” le pusieron al color sexto. Otro dios estaba buscando colores cuando escuchó que un niño se reía, se acercó con cuidado y, cuando se descuidó el niño, el dios le arrebató la risa y lo dejó llorando. Por eso dicen que los niños de repente están riendo y de repente están llorando. El dios llevó la risa del niño y “amarillo” le pusieron a ese séptimo color.
Para entonces los dioses ya estaban cansados y se fueron a dormirse y los dejaron a los colores en una cajita, botada bajo una ceiba.
La cajita no estaba bien cerrada y los colores se salieron y empezaron a hacer alegría y se amaron y salieron más colores diferentes y nuevos y la ceiba los miró todos y los tapó para que la lluvia no los borrara a los colores. Y cuando llegaron los dioses ya no eran siete los colores sino bastantes y miraron a la ceiba y le dijeron: “tu pariste los colores, tu cuidarás el mundo y desde tu cabeza pintaremos el mundo”.
Y se subieron al copete de la ceiba y desde ahí empezaron a aventar los colores así nomás y el azul se quedó parte en el agua y parte en el cielo, y el verde le cayó a los árboles y las plantas, y el café que era el más pesado, se cayó en la tierra, y el amarillo que era una risa de niño voló hasta pintar el sol, el rojo llegó en su boca de los hombres y de los animales y lo comieron y se pintaron de rojo por dentro, y el blanco y el negro ya de por sí estaban en el mundo, y era un relajo cómo aventaban los colores los dioses,  ni se fijaban donde llega el color que avientan y algunos colores salpicaron a los hombres y por eso hay hombres de distintos colores y de distintos pensamientos.
Y ya luego se cansaron los dioses y se fueron a dormir otra vez. Puro dormir querían estos dioses que no eran los primeros, los que nacieran el mundo.
Y, entonces, para no olvidarse de los colores y se fueran a perder buscaron otro modo de guardarlos. Y se estaban pensando en su corazón como hacer cuando la vieron a la guacamaya y entonces la agarraron y le empezaron a poner encima todos los colores y le largaron las plumas para que se cupieran todos. Y así fue como la guacamaya se agarró color y ahí lo anda paseando, por si a los hombres y las mujeres se les olvida que muchos son los colores y los pensamientos.
Y que el mundo será alegre si todos los colores y todos los pensamientos tienen su lugar.
Escrito por el Subcomandante Marcos, supuestamente el profesor Rafael Sebastián Guillén Vicente.


Aunque si le preguntamos a Marcos ¿Quién es Marcos? nos dirá:
 “Marcos es gay en San Francisco, negro en Sudáfrica, asiático en Europa, chicano en San Ysidro, anarquista en España, palestino en Israel, indígena en las calles de San Cristóbal, chavo banda en Neza, rockero en CU, judío en Alemania nazi, ombudsman en la Sedena, feminista en los partidos políticos, comunista en la posguerra fría, preso en Cintalapa, pacifista en Bosnia, mapuche en los Andes, maestro de la CNTE, artista sin galería ni portafolios, ama de casa un sábado por la noche en cualquier colonia de cualquier ciudad de cualquier México, guerrillero en el México de fin del siglo XX, huelguista en la CTM, reportero de nota de relleno en interiores, machista en el movimiento feminista, mujer sola en el metro a las 10 p.m., jubilado en plantón en el Zócalo, campesino sin tierra, editor marginal, obrero desempleado, médico sin plaza, estudiante inconforme, disidente en el neoliberalismo, escritor sin libros ni lectores, y, es seguro, zapatista en el sureste mexicano. 

En fin, Marcos es un ser humano cualquiera en este mundo. Marcos es todas las minorías intoleradas, oprimidas, resistiendo, explotando, diciendo “¡ya basta!” Todas las minorías a la hora de hablar y mayorías a la hora de callar y aguantar. Todos los intolerados buscando una palabra, su palabra, lo que devuelva la mayoría a los eternos fragmentados, nosotros. Todo lo que incomoda al poder y a las buenas conciencias, eso es Marcos.”

sábado, 14 de febrero de 2015

Mensaje de amor

Amad la vida, amad lo que tenéis y no dejéis de agradecer. Pero tampoco dejéis de aspirar a más ni de soñar. Poneos metas y haced todo lo posible por cumplirlas. Creed en vosotrxs mismxs. Creed en las personas y sus capacidades. Confiad y transmitid confianza. Preguntaos y preguntad. Investigad, aprended y descubrid. Enseñad. Denunciad las injusticias, no seáis partícipes de ellas. Luchad por vuestros derechos y los de lxs demás; ¡que no puedan con nosotrxs! Sentíos libres y agarrad la libertad para que no se escape nunca. Sentid y expresad todo lo que tengáis dentro. Compartid y llenad vuestras vidas de optimismo, música e ilusión. Y como último consejo, no dejéis de creer en el amor.

El amor mueve fronteras y no entiende de barreras, es de todas y todos, está presente en cada acto y en cada revolución y sin rencores, ni celos, ni remordimientos mejor.

El amor de “San Valentín”, el que nos venden en los medios o en los cuentos no es un amor libre. Amor no es dar la vida por otra persona, no es sacrificarte y mucho menos es sentirse culpable. No es amor el romántico establecido de pareja, de príncipes y princesas. No es amor el que no te deja ser tú misma y respirar. Los celos o la posesión no es amor y más vale amarse una misma antes que dejar que nos engañe un aparente amor de ese tipo.


Hoy llamo al amor libre, al que todas y todos deberíamos sentir. Un amor que complemente, que sume y nunca reste. Que invite a volar siempre más alto. Que comparta y transmita confianza, respeto y aprendizaje. Y no me da miedo creer en el amor. Porque el amor incluye muchas más cosas y significa más que lo que nos enseñan. Y no hablo solamente del amor en pareja, porque amor es mucho más. Está presente en todo tipo de relaciones y en todas debe ser sano, natural y libre. Es una forma de vida. 

viernes, 9 de enero de 2015

Libertad de expresión: una expresión usada muy libremente estos días

Todo el mundo habla del suceso ocurrido en París y lo califican de barbarie, de horrible y, lo más escuchado,  no democrático. Qué curioso que los medios que lo están condenando en España son los primeros que han descalificado algún acto de libertad de expresión por considerarlo “exagerado” o “falta de respeto”. Qué curioso que nuestro gobierno, tan moderno y abierto, haya denunciado un sketch humorístico que les mancha, que saca a relucir en forma de humor lo que todxs pensamos. Es más curioso aún que quieran implantar una ley “de seguridad ciudadana” que otra cosa no pero libertad de expresión corta por todos lados. ¿Acaso eso es democracia?

No puedo encontrar ahora mismo un mejor ejemplo de lo que está ocurriendo en el mundo y en nuestro país. Nos quieren silenciar, quieren que seamos borregos lo menos críticos posible y, sin embargo, nos hacen creer que los que nos quitan la libertad de expresión son otros. Bien, no quiero ni mucho menos decir que el suceso en París no es algo horroroso. Atentar contra las vidas de personas es totalmente lamentable y nunca será el camino. Y más cuando se trata de un atentado contra el humor y sí, la libertad de expresión. Pero que no nos la cuelen, si aclamamos libertad de expresión que se aplique igual para todo y en todos los aspectos, no sólo en los que les interesan.

Y que no aprovechen este suceso para quitarnos de la cabeza otras cosas que siguen ocurriendo hoy en día en el mundo. Como crímenes en Libia, Siria o Yemen apoyados nada más y nada menos por países tan ´libres` como EEUU y todos los pertenecientes a la OTAN.


Además, van a aprovechar este suceso para descalificar aún más si cabe la inmigración en los países occidentales. La libertad de expresión es muy importante sí, excepto cuando se trata del petróleo, la religión no musulmana o pasar unas fronteras.