Amad la vida, amad lo que tenéis y no dejéis de agradecer. Pero
tampoco dejéis de aspirar a más ni de soñar. Poneos metas y haced todo lo
posible por cumplirlas. Creed en vosotrxs mismxs. Creed en las personas y sus
capacidades. Confiad y transmitid confianza. Preguntaos y preguntad.
Investigad, aprended y descubrid. Enseñad. Denunciad las injusticias, no seáis
partícipes de ellas. Luchad por vuestros derechos y los de lxs demás; ¡que no
puedan con nosotrxs! Sentíos libres y agarrad la libertad para que no se escape
nunca. Sentid y expresad todo lo que tengáis dentro. Compartid y llenad
vuestras vidas de optimismo, música e ilusión. Y como último consejo, no dejéis
de creer en el amor.
El amor mueve fronteras y no entiende de barreras, es de
todas y todos, está presente en cada acto y en cada revolución y sin rencores,
ni celos, ni remordimientos mejor.
El amor de “San Valentín”, el que nos venden en los medios o
en los cuentos no es un amor libre. Amor no es dar la vida por otra persona, no
es sacrificarte y mucho menos es sentirse culpable. No es amor el romántico
establecido de pareja, de príncipes y princesas. No es amor el que no te deja
ser tú misma y respirar. Los celos o la posesión no es amor y más vale amarse una
misma antes que dejar que nos engañe un aparente amor de ese tipo.
Hoy llamo al amor libre, al que todas y todos deberíamos
sentir. Un amor que complemente, que sume y nunca reste. Que invite a volar
siempre más alto. Que comparta y transmita confianza, respeto y aprendizaje. Y
no me da miedo creer en el amor. Porque el amor incluye muchas más cosas y significa
más que lo que nos enseñan. Y no hablo solamente del amor en pareja, porque
amor es mucho más. Está presente en todo tipo de relaciones y en todas debe ser
sano, natural y libre. Es una forma de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario