Gracias por tus versos, gracias por la inspiración y las ganas de contar versos y cuentos a grandes y pequeños. Feliz día de la poesía, felices poetas, poetisas, amantes del alma y de las noches desalmadas, soñadores, soñadoras... ¡no dejéis de aletear!
La poetisa pide
Que no la llamen así.
Ya apenas sus ojos
ven
las gafas no le hacen
caso.
Sólo disfruta
contando,
con los dedos de la
mano,
las sílabas que van
quedando
a solas con ella y
sus versos.
¡Dejádla a solas!
¡No molestéis!
Sólo le faltaba
escribir
las penurias que le
hacéis.
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