domingo, 18 de diciembre de 2016

Olores

Olores, olores,
Ojalá pudiera regalarte los olores.
Meterlos en un sobre y mandarlos allá,
Donde se acaba la tierra
Donde empieza la mar.

Naranjas
Así comienza el día.
Una brisa suave y naranjas.
Huele a fresco, a humedad.
Le sigue el olor a tierra, albero le dicen aquí,
Al mediodía.
Huele a frutas en las calles,
A tapas al pasar por los bares.
Huele a hierbas, hierbabuena y hierbamala,
Por todas las esquinas y parques.
Árboles, flores, frutos…
Jazmín blanco que empapa las calles.
Ámbar en mi piel.
Azahar que está esperando la primavera para mostrarse en todo su esplendor.
Huele a caballos, a cacas de caballo también.
A romero de gitanas,
a cerveza y café por las mañanas.
El río huele también.

Por la noche huele de nuevo a fresco,
A humedad y a flores,
que no dejan de oler sea la estación que sea.
Huelo casi hasta la luna.

Imagino, ahora no huele, el olor de tu piel.
El olor de tus manos al contacto con las mías paseando por esta ciudad de olores,
Esta ciudad donde el olfato es el instinto principal, el sentido que marca el rumbo,
El cerrar los ojos y dejarse llevar…

Ojalá pudiera regalarte los olores.
Ojalá ese pétalo conserve aún su olor cuando te llegue.

Si no huele te dejo imaginarlo.

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