El sistema, el mercado, no es
nada sin nosotrxs.
Como dice Santiago Alba Rico en
su artículo Apología del contagio,
este virus no ha desvelado la debilidad del sistema económico-social en el que
habitamos, ha destapado la verdad que lo define; que su sostenibilidad depende
de aquellos que lo sustentan, de aquellos a los que explota para estar arriba
del pódium. El capitalismo se ha delatado por sí mismo. Se cae porque no
estamos ahí para soportarlo. Como la metáfora del primer y el tercer mundo, esa
distancia simbólica necesaria para que el primero exista.
Pues bien, ahora que tenemos al
sistema cogido por el mango… volquemos la barca.
El sector de ocio y cultura, el
colectivo de artistas y las distintas plataformas culturales de nuestro país
están demostrando su enorme generosidad. Están dándole la espalda al sistema
que, supuestamente, les da de comer. Museos, librerías y autores, dejan a libre
disposición de la población sus obras, esas que tanto les ha costado financiar,
esas con las que intentan ganarse la vida en una sociedad que no valora el
arte. Músicos, cantautores, cuentistas y titiriteros, comparten en directo sus
canciones e historias, realizan tutoriales, regalan sus acordes y sus ideas.
Para una sociedad a la que le cuesta pagar 10 euros por música en directo, o
por un espectáculo callejero.
¿Qué harían cientos de personas
en sus casas sin consumir ocio y cultura? O peor, ¿qué harían sin la libre
circulación de fotos, vídeos, canciones…?
Los artistas no viven del aire. Y
mucho menos ahora que el aire está tan cotizado (y que han tenido que cancelar
sus fuentes de ingresos). Tampoco vivirán de lo que ganen el día que se termine
el confinamiento y puedan volver a sacar sus guitarras a la calle o presenten
su espectáculo en un teatro de barrio o en una nave de circo, o abran las
puertas de las librerías, donde en primera línea están las editoriales de
siempre. Las artistas están demostrando hoy una enorme generosidad. Compartir
lo que hacen, a lo que se dedican, para el disfrute de los demás. Y que conste
que no es la primera vez, se hacen tantas cosas “por amor al arte”…
Claro que, siempre habrá algunos
de la opinión de que “España no necesita titiriteros”. Habría que ver qué
harían si les quitaran el libre acceso a la cultura. Y ya de paso, el acceso a
la sanidad pública.
El aplauso de hoy debería ir
también por las artistas, hacia esas plataformas que están compartiendo todo su
material de manera altruista. Gracias.
Tenemos el cambio a un pasito (de gigante, pero un pasito). Ahora que
estamos en casa, y si tenemos la suerte de poder hacerlo; reflexionar sobre
algo más que lo que nos cuentan, es interesante. Ante el miedo y el odio, nos
sostendrán la solidaridad y la empatía.
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